Hola a todos y bienvenidos una vez más. Aquí me encuentro de nuevo para traeros las últimas noticias teatrales. En esta ocasión vengo para presentaros a un gran autora: ¡Ruth Rubio! Y bueno, ¡comencemos!
Ruth Rubio Fernández (Punta Umbría, Huelva, 1989) ha sido galardonada con el 34º Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2025 por su obra Años sombra de verbena (Coplas solarpunk para alumbrar el mundo), un texto que se acerca al movimiento artístico y social solarpunk, corriente que imagina futuros sostenibles y optimistas, donde la tecnología se usa al margen de los intereses del mercado y que invita a "sentir la esperanza como un deber, no solo como un deseo", según la autora.
Siguiendo la estructura de la figura musical del rondó, el texto se impuso a un total de 246 obras presentadas a concurso. Rubio recogerá el galardón este domingo, 26 de octubre de 2025, a las 11:30h en el marco del Salón Internacional del Libro Teatral, en el Teatro Valle-Inclán de Madrid. Además, está dotado con 8.000 euros, la inclusión de la obra en la programación de Teatro en la Berlanga 2026 y la publicación del texto dramático en la Colección Teatroautor, que edita la Fundación SGAE.
"Ganar este premio supone un alivio y una alegría, porque para las compañías pequeñas es realmente complicado trabajar en condiciones dignas", expresa la autora, que estrena esta obra el 13 de noviembre en la sala Cuarta Pared con la compañía Hernández y Fernández, y en alusión a otro montaje que adelanta con Las Ignífugas. "Confío en que sea un empujón para que la obra tenga vida tras su debut: ya poder llevarla a escena es un milagro teatral", apunta.
La propuesta de la dramaturga y directora fue reconocida, en palabras del jurado, por "su hondura filosófica, unida al tono esperanzador que utiliza para abordar un tema habitualmente cargado de desesperanza; por el acertado uso de la comedia en el género de ciencia ficción, que rara vez incorpora el humor". Asimismo, "por su ingenio y lucidez, al imaginar un futuro difícil de concebir. Y, por supuesto, por su libertad narrativa y la mirada irreverente desde la que se cuenta". Presidido por el ganador del año pasado, Néstor Roldán, el jurado lo componían las y los profesionales dramáticos José Calvo, Aranza Coello, Irene García, Julián Fuentes, Borja de Diego, Ana I. Fernández, Natalia Menéndez, Antonio Castro, Ana F. Graciani, José Manuel Padilla, Alicia Montesquiu, Javier Sahuquillo, Carla Martínez y Martina Cabanas.
A tenor de su libertad narrativa, la onubense ve "fundamental" haber descubierto durante el proceso de escritura que "hay dos cosas en común entre creadoras y científicas: invitar a la creación a través de la emoción y narrar la sociedad por delante de su tiempo". El encuentro con un grupo de científicos y el equipo de Cuarta Pared le brindó "recursos y espacio para probar y arriesgar, al margen de las dinámicas resultivistas que el sistema impone a las creadoras. Quizá por eso esta es una de mis obras más libres", asevera en una entrevista con "Fundación SGAE". (Imagen: Daniel Pérez)
"Este texto casi fue una space opera sobre astronautas, casi pierde la oportunidad de jugar con la tensión del presente pero, finalmente, se basó en la realidad", detalla Rubio, quien deja clara su actualidad: "en 2002, Greenpeace lleva a cabo un ciberataque para cerrar la central nuclear de Zorita; en 2013, se publica Capitalismo para niños (Crecer para ser tu propio jefe); en 2015, se aprueba el impuesto al sol; en 2016, trabajadores de la industria avícola van al trabajo en pañales porque les descuentan del sueldo el tiempo de ir al baño; en 2020, se constituye en Francia la Red Team Défense, un grupo de diez autores de ciencia ficción que trabaja para el Ministerio de Defensa; la misión: diseñar los escenarios de entre 2030 y 2060 para así anticiparse a los conflictos del futuro. Esta obra, sin saberlo, se basó en un futuro cercano que no había ocurrido todavía: el apagón peninsular el 28 de abril de 2025".
Puntos clave de su dramaturgia
Desde que comenzó a escribir no ha dudado en adentrarse en territorios comunes poco visitados y "explorar y reivindicar un lenguaje local y dejar que se atraviese por lo global de la ciencia ficción y sus mecanismos". Y lo hace a través de la ironía, para "abrir grietas en el sistema", sobre todo, a la hora de preguntarse "qué es la ciencia ficción andaluza y orbitar en ese imaginario".
Otra de sus reglas para la creación es "escribir acompañada". "Nunca se trata de buscar mi voz, sino de pegar la oreja a esa ruidera que es mi voz mutando con las otras". Como apuntilla tras conocer el premio, la autoría "tiene sentido habitando espacios que se prestan a la experimentación". Por ello, en los últimos años, ha estado investigando cómo las formas musicales pueden funcionar como mecanismos generadores y potenciadores de texto: "partir de estructuras – de un réquiem, de un fandango…- como pretexto para la escritura". Y si es dramaturga es porque antes fue -y sigue siendo- ayudante de dirección: "la ayudantía es una de las profesiones que más disfruto y reivindico dentro del teatro, también es mi lugar".
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